La familia cristiana, signo y profecía

La familia cristiana, signo y profecía
• En una sociedad que supervalora la capacidad adquisitiva, el lucro y el consumo,
el tener y el derrochar, los cristianos en familia tienen que preguntarse si
su fe les ha ido enseñando el gozo de compartir con los necesitados y de valorar
el ser sobre el tener.
• En una sociedad que glorifica la agresividad en la política y en los negocios y
que parece convencida de que el que pega primero pega mejor, los cristianos
en familia deben saber buscar caminos de aproximación a los agredidos y de
educación para la no-violencia activa y comprometida.
• En una sociedad que trabaja para holgar y que busca la diversión por sí misma,
que hace del placer el máximo valor y del dolor una maldición, los cristianos en
familia tienen que ir adquiriendo la sabiduría del estar disponibles para enjugar
lágrimas ajenas y en ellas percibir las lecciones de los crucificados de cada día.
• En una sociedad que institucionaliza la mentira y el fingimiento, que oculta
sus intenciones y diviniza la propaganda, los cristianos en familia deben experimentar
que la verdad hace hombres y mujeres libres.
• En una sociedad que convierte la guerra en el máximo negocio y la discordia
en el único modo de autoafirmación, los cristianos en familia han de saber
hacer de la familia un espacio para la reconciliación y una escuela donde se
formen promotores de la concordia y luchadores por la paz.
• En una sociedad que condecora a los arribistas y convierte la tolerancia en
ventajismo mientras vende los ideales y las promesas al mejor postor, los
cristianos en familia sabrán ir creciendo en fidelidad al compromiso y educar
hombres tenaces e invencibles, firmes hasta la persecución.

Fuente: ¿Qué has hecho con tu hermano?