¿Por qué me siento tan solo en la era de las redes sociales? ¿Son estos medios espacios de comunicación?
¿Por qué estamos cada vez más aislados?

¿Son estos medios espacios de comunicación auténtica? Cuando se valorizan bien y de manera equilibrada, favorecen formas de diálogo y debate.
Quizá cuando termines de ver este video tengas la sensación de que es un poco exagerada esta crítica. Quizá pienses que este joven habla solo desde lo negativo y que no encuentra nada bueno. Quizá resulta ser un poco anticuado y desenfocado, por estar en contra de muchas de las cosas que son normales y cotidianas, como el uso del celular, de internet, del chat, de las distintas redes sociales.
A mí me surgen algunas preguntas: ¿Qué tan cierto es lo que él dice? ¿Son las redes sociales y las nuevas formas de comunicación un instrumento eficaz de comunicación? Teniendo la capacidad de acercar a las personas incluso a través de grandes distancias, ¿cómo se explica este fenómeno de ensimismamiento y soledad de algunos?
1.- El hombre, ser para el encuentro y la comunicación: En su naturaleza, en su “ADN” , el ser humano posee un anhelo de comunicación y de encuentro con los demás. ¿Quién no experimenta el anhelo de tener amigos, de tener compañía, de comunicarse con otros? No nacimos para estar solos, para vivir cada uno por su cuenta. Más aún nuestra realización y felicidad depende de este compartir con otros. Es este anhelo el que impulsa al hombre a establecer lazos, a buscar formas de comunicarse, y con la creatividad humana, don de Dios, se han establecido inmensas posibilidades para acortar distancias y traspasar barreras para comunicarnos. Este es el fin, a ello debieran apuntar estos instrumentos.
2.- En medio de la cultura del desencuentro: Experimentamos sin embargo paradojas en la actualidad. Si tenemos tantos medios de comunicación, ¿por qué vivimos con actitudes tan egoístas e individualistas que nos alejan? ¿Por qué se hace tan difícil establecer diálogos, prestar atención, hacer silencio y escuchar? ¿Por qué si tenemos tantas posibilidades, experimentamos la frustración de no lograr saciar este anhelo de encuentro?
Ciertamente, el afán desesperado de buscar medios ha llevado a que muchas veces el hombre esté sobrepasado de información que no logre asimilar. Por otro lado, el valor en el consumismo y la productividad ha llevado a que muchas veces primen el éxito, la eficiencia, la fama antes que la dignidad del hombre. Los valores muchas veces se han trastocado. Se realza el valor de lo cómodo y lo práctico sobre lo auténtico. Hay temor al sacrificio del compromiso, requisito para tener encuentros auténticos. Se realza más el propio bienestar que el del otro.
Te recomiendo leer el Mensaje de Benedicto XVI con ocasión de la 47 Jornada de las Comunicaciones Sociales, “Redes Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización”.
Si estos valores, que están en la lógica del mundo, son el motor, las consecuencias se expresarán en soledad, individualismo y desconfianza. En conclusión, el problema no son los instrumentos, son las intenciones y motivaciones que brotan del ser humano que no interpreta adecuadamente este anhelo que Dios la ha dado para ser feliz.
Iglesia liberal o represora: ¿Qué opina la Iglesia católica?
Es la pregunta de muchos, hay quienes tienden a hacer esta oposición. Ninguna de las dos. Me parece muy iluminadora la reflexión que se ha generado en la Iglesia, haciendo una interpretación del fenómeno de las nuevas formas de comunicación, específicamente de las redes sociales.
Quizá algunos puedan pensar que la Iglesia católica se opone a todos los adelantos de la tecnología y que sigue aferrada al pasado con una visión anticuada. Sin embargo, la visión al respecto de la iglesia siempre ha sido comprensiva, encarnada, reconciliada y por tanto equilibrada: no es “todo malo”, pero tampoco hay que ser ingenuos y permitir todo lo nuevo como si fuera lo mejor. En este aspecto va a depender mucho de cómo se haga uso de estos medios, de las motivaciones y la finalidad que tenga.
Por ejemplo, yo puedo usar las redes sociales para enviar contenido malicioso y hacer daño a otros. Quizá se pueda usar para dañar la fama de las demás personas, o quizá para mostrarme vanidosamente y buscar reconocimiento. Pero, por otro lado, puedo hacer uso de ellas para construir con contenido formativo y edificante, para transmitir la Fe y los valores del Evangelio, para acercar a los hombres al amor y la verdad, entre otros usos.
Ya lo decía el Papa Benedicto XVI con respecto a las redes sociales:
Estos espacios, cuando se valorizan bien y de manera equilibrada, favorecen formas de diálogo y de debate que, llevadas a cabo con respeto, salvaguarda de la intimidad, responsabilidad e interés por la verdad, pueden reforzar los lazos de unidad entre las personas y promover eficazmente la armonía de la familia humana.Por: Alvaro Díaz | Fuente: Catholic-link.com