VÍDEO HOMENAJE TERESIANAS AGÜIMES 2017.
Comunidad de Teresianas de Agüimes y Las Palmas. |
PROYECCIÓN DESPEDIDA RELIGIOSAS
TERESIANAS.
Desde
hace muchos años, la Villa de Agüimes ha contado con la presencia y el trabajo
de Religiosos y Religiosas. En el año 1949 llegaron los Hermanos de las
Escuelas Cristianas (Hnos. de la Salle) dedicándose fundamentalmente a la
enseñanza hasta el 1969. Posteriormente volvieron en 1999 hasta el 2010 para
llevar un Centro de Jóvenes.
En 1954 iniciaron su labor, también en la enseñanza,
las Carmelitas Descalzas Misioneras. Tras su marcha, un año después, en
1974 llegaron para continuar con esta misma labor en el Colegio de Ntra. Sra. del Rosario las
Religiosas Dominicas de la Sagrada Familia.
A
finales de 1995 llegan a nuestra
Villa las Religiosas Teresianas a petición del Instituto Piadoso Jesús
Sacramentado. Inician su andadura la Hna. Rafaela Ramírez y la Hna. Inmaculada Jiménez.
En los comienzos, venían desde la Comunidad de las Palmas a trabajar en el
Colegio. Tuvieron como vivienda temporal lo que hoy es la sede de la
Institución en la C/ Hno. Lorenzo n. 6.
El día 29 de agosto del 1997, las Hnas.
Carmen Guzmán, Rafaela Ramírez, Magdalena Arroyo e Inmaculada Jiménez formaron
comunidad en Agüimes, en la Casa de la calle Moral, propiedad de la Instituto
Piadoso Jesús Sacramentado. Con este motivo se celebró una Eucaristía presidida
por el Rvdo. D. Juan Ramírez Valido, Canónigo de la Catedral y benefactor de la
Compañía.
Durante estos 22 años de presencia en la
Villa (1995 – 2017) las Hermanas han trabajado en el Colegio Ntra. Sra. del
Rosario. Largo tiempo lo hicieron como
profesoras tituladas y posteriormente coordinando el Departamento de Pastoral.
Su colaboración en nuestra Parroquia de San Sebastián ha sido, también, muy notable y valiosa.
Las Hnas. Teresianas se han hecho presentes,
en distintos momentos, en los barrios de nuestra Parroquia: Guayadeque, Los
Corralillos y Temisas. También han colaborado, durante años, en la Parroquia de
San José Obrero del Cruce de Arinaga.
En los primeros años fue importante la
presencia y la labor apostólica de las Hermanas en Guayadeque. Celebraban la
Palabra de Dios y distribuían la Sagrada Comunión, visitaban a las familias e
impartían catequesis. De este servicio cabe
destacar la Celebración del Sacramento de la Confirmación de 14 jóvenes en la
Ermita de San Bartolomé de Guayadeque en el año 2.000.
En los Corralillos, agradecemos la presencia
y el trabajo de la Hna. Concha durante bastante tiempo. Y en estos cuatro
últimos años, la dedicación de la Hna.
Margarita a la Parroquia de San Miguel de Temisas. Cada semana dedicaba esta Hermana varias horas a visitar enfermos,
personas mayores y a las
familias. También impartía catequesis a niños de allí. Los domingos participaba
en la Eucaristía colaborando en la liturgia.
Las Hnas. Pilar y Caridad han animado, con renovada ilusión, la
pastoral en el Colegio Ntra. Sra. del
Rosario. Esto ha supuesto una gran aportación en la vivencia de la fe del alumnado al ofrecerles, a lo largo del curso, ratos de
oración, la participación en el Sacramento de la Penitencia y la Eucaristía y
la educación en valores humanos y cristianos.
Ciertamente la labor de las Hermanas ha
sido fecunda y eficaz en toda su colaboración en la Parroquia, sobre todo:
coordinando la catequesis de infancia, la catequesis de padres, la preparación
al Sacramento de la confirmación y grupo de evangelio.
No podemos olvidar la atención a los
mayores y enfermos visitándoles, escuchándoles y llevándoles la Sagrada
Comunión en la persona de la Hna. Carmen. Solo Dios y ella saben las veces que
ha recorrido las calles de nuestra Villa. ¿Quién no se ha encontrado en las
mañanas a la Hna. Carmen con su caminar ligero, su sonrisa y su alegría?
Valoramos también la aportación en la liturgia, colaborando en la Celebración de la
Eucaristía de cada día y en las celebraciones especiales, en la distribución de
la Sagrada Comunión, en el canto, en la
decoración con murales, con las
catequistas en la misa con niños cada domingo y con la aportación de
sugerencias para mejorar las celebraciones dando siempre preferencia a la
participación de los seglares.
Otra de las misiones realizadas por las
Hermanas en estos años ha sido la Atención al Ateneo Catalina de Alejandría.
Todas las mañanas acogían, animaban y aconsejaban a tantos niños y jóvenes que
allí estudiaban.
En esta Eucaristía y con este sencillo
homenaje queremos valorar y agradecer todo
el bien que han aportado a nuestra Villa, al Colegio y a la Parroquia
las 20 hermanas que durante estos años han compartido con nosotros. Hoy
queremos recordar a cada una de ellas con un corazón agradecido: Hna. Magdalena
Arroyo, Hna. Inmaculada Jiménez, Hna. Rafaela Ramírez, Hna. Isabel Moral, Hna. María Teresa Barco, Hna. María Teresa Rodríguez, Hna. Nieves
Quintana, Hna. Ana Mª. Barranco, Hna. Esperanza Díaz, Hna. Cristina Pulpón,
Hna. Julia Montero, Hna. Pino Delgado, Hna. Mª. Benigna Coto. Hna. Mª. Dolores
Duque, Hna. Mª. Antonia Rodríguez, Hna. Carmen Guzmán, Hna. Concha Gómez, Hna. Pilar Ramírez, Hna. Caridad Rodríguez y Hna. Margarita Ferrer. Algunas de ellas han
partido ya hacia la casa del Padre como: Hna. Isabel Moral, Hna. María Teresa Barco, y el pasado año, nuestra querida Hna. Mª. Antonia
Rodríguez.
Pedimos al Señor que recompense a todas
estas Hermanas su entrega desinteresada, su cariño y sus servicios.
Sobra decir que nos cuesta su marcha, su
ausencia en tantos sitios y momentos, su casa cerrada, su ayuda y, sobre todo,
su testimonio de vida entregada, su carisma teresiano, su estímulo para
acercarnos un poco más a Dios. Les echaremos en falta cada día en la
celebración de la Eucaristía, sus puestos estarán vacíos pero continuarán en
nuestro recuerdo, en nuestro corazón agradecido. Seguiremos unidos en la
oración y por los lazos de amistad de tantos años.
Les deseamos lo mejor en sus nuevos
destinos: a la Hna. Pilar y a la Hna.
Concha en Sevilla, a la Hna. Caridad en
Huelva. A la Hna. Margarita y a la Hna. Carmen
las tendremos más cerca ya que su
nuevo destino está en Las Palmas. Nos será más fácil verlas.
Hermanas Carmen, Concha, Pilar, Caridad y
Margarita: esta Villa de Agüimes sigue
siendo su casa, su ausencia estará siempre habitada de buenos recuerdos, y la amistad no será enfriada por las
distancias ya que el cariño se mantendrá vivo.
Gracias, y mil veces gracias, por tanta
entrega, por tanta vida compartida con nosotros: sus 20 años de estancia Hna.
Carmen, los 16 de Hna. Concha, los 11 de
Hna. Pilar, los 10 de Hna. Caridad y los
4 de la Hna. Margarita son semillas sembradas que sin duda, darán mucho fruto.