HAZ UN PORTAL EN TU CORAZÓN

HAZ UN PORTAL EN TU CORAZÓN  


    En muchos sitios que se ha hecho o se hará un portal: establecimientos, iglesias, parques, incluso en tu casa. Te invito a  hacer un portal en tu corazón.
    Puede que sea un portal original, que no va a ser visitado ni premiado pero que sí  será muy provechoso para vivir una navidad feliz. Las figuras van a ser las de siempre. Basta con tres: José,  María y el Niño. La originalidad es que no van a ser de barro, ni de madera o cualquier otro material. El manual de instrucciones para montarlo es también fácil y sencillo: coge el evangelio de San Lucas, en sus primeros capítulos y lee despacio lo que dice de cada uno de estos tres personajes. Descubre las actitudes que en ellos encuentras, acéptalas en tu corazón y vívelas. 
     Tal vez no se te había ocurrido antes hacer un portal así: contemplando  a cada uno de esos personajes, escuchar el mensaje que te ofrecen y ponerlo en tu corazón.
     Para ayudarte a hacerlo te ofrecemos unas ideas:

1º Comienza poniendo la figura de  S. JOSÉ.

    Poco dice el evangelio de José. Puedes leer el texto del evangelio de San  Mateo 1,18-24.

      José es un hombre bueno, un hombre justo. Eso es lo poco que sabemos de él. José escucha el mensaje de Dios. No entiende, se llena de dudas. No sabe qué hacer. Pero tiene una doble preocupación:
-         hacer lo que Dios quiere en su vida
-         no hacer daño a nadie. Prefiere sufrir en silencio a hacer el mínimo daño. José no hace comentarios de María. Solo busca no  hacerle daño.

     Intenta poner estas dos actitudes de S. José en tu corazón y en tu vida. Puedes hacerlo con una breve oración:
     “Señor, enséñame y ayúdame a ser como José: una persona sencilla, a  no vivir buscando aparentar. Que procure siempre el bien del otro incluso por encima del mío y trate de no hacer daño a nadie. Quiero hacer siempre lo que Tú quieres aunque, a veces,  no lo entienda”.

2º Coloca  ahora la figura de MARÍA.

    Puedes leer el texto del evangelio de San  Lucas 1,26-38

    Después de leer este texto contempla a María. Una mujer sencilla, pobre. Nunca soñó el plan de Dios sobre ella. No entiende, siente miedo, duda. Pero se fía de Dios y se pone a total disposición suya.    
    Al colocar la figura de la Virgen piensa en sus actitudes y contrástalas con las tuyas. La figura de María te invita:
-         a estar disponibles a Dios en todo. ¿En mi vida estoy dispuesto a hacer lo que Dios quiere?  ¿Intento buscar día a día la voluntad de Dios en mi vida? ¿soy capaz de renunciar a mis planes para aceptar los planes de Dios? ¿Le he dado mi sí a Dios?
-         a reconocer que Dios es quien va haciendo las cosas en mí, quien me va transformando. ¿Dejo actuar a Dios en mi vida? ¿estoy atento a lo que me va pidiendo?
-         a ser una persona feliz. María es una mujer feliz. Dios es sin duda la razón de su felicidad. ¿Soy feliz? ¿Dónde está la razón de mi felicidad? ¿Qué me dificulta ser una persona feliz? ¿Mi fe en Dios me hace feliz?
-         a trabajar por un mundo más justo. ¿Cada día procuro hacer un mundo más agradable a mi alrededor?
-         a hacer felices a los demás con una actitud de servicio. ¡Cuántas ocasiones me ofrece el día para prestar un servicio a los demás!: ¿las aprovecho? ¿soy servicial con los que me rodean?
-         a ser consecuente siempre en nuestra vida con nuestro sí a DiosSer cristiano no es simplemente estar bautizado sino ser consecuente con mi bautismo viviendo los valores del evangelio. ¿soy consecuente con mi fe? ¿a la hora de pensar, de hacer algo, de decidir pienso cómo lo haría Jesús? ¿doy testimonio de mi fe?

3º Te queda la figura del NIÑO JESÚS.

     Puedes leer el texto del evangelio de San  Lucas  2,6-7

      Jesús quiere seguir naciendo hoy, como nació en Belén, en tu corazón. Tu vida, la de cada uno, es necesaria para que el Dios nazca en tu familia, en la sociedad y en el mundo.  No puedes contemplar el nacimiento de Jesús como mero acontecimiento pasado: nació en Belén. Tampoco simplemente recordar lo que sucedió entonces sino dejarlo nacer en ti.
     Puedes  reflexionar: ¿estoy dispuesto a dejarle nacer en mi corazón y en mi vida?; ¿los criterios que Jesús nos propone en el evangelio los intento vivir o prescindo fácilmente de ellos?; ¿intento hacer compatible el evangelio con actitudes que son contrarias como: el rencor, el egoísmo, la comodidad que me impiden ayudar y servir a los demás?
    Con frecuencia puedes creer que Jesús ha nacido en ti pero apenas cuenta en tu vida porque no vives su estilo de vida.
    Es interesante que pienses  en serio si quieres y estás dispuesto a poner a Jesús en el portal de tu corazón.
    Si te animas a hacer este portal te aseguro que habrá Navidad y tu vida será una navidad siempre. 
Realizada por D.Miguel Lantigua Barrera.(párroco)