Cómo transmitir la fe a los hijos.
Enseña a tu hijo a rezar: verá la necesidad de los demás, será fuerte en las dificultades, tendrá un corazón agradecido
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Durante los primeros años de la vida de un niño comienzan a desarrollarse todos los aprendizajes.
Es en el contexto familiar donde el niño pronuncia sus primeras palabras, da sus primeros pasos, aprende a rezar y a ser amigo de Jesús.
El colegio, los amigos y el ambiente social en el que se desenvuelva también van a influir en este aprendizaje.
Los padres tenemos un papel fundamental como transmisores de la fe. Nuestro ejemplo, el cariño, la manera de relacionarnos con los demás y la forma de vivir nuestra relación con Dios son fundamentales en el aprendizaje de nuestros hijos.
La paciencia, el cariño y la comprensión no deben faltar nunca en nuestra labor de transmisores fe.
Tenemos que tener presente que el niño va creciendo y pasando por diversas etapas: infancia, niñez, preadolescencia, adolescencia y juventud.
La manera que tendrán de relacionarse con Jesús también cambiará y aunque haya momentos de desánimo nunca debemos darnos por vencidos. Jesús siempre tiene que estar presente en nuestra familia y en nuestro día a día.
El aprendizaje comienza por pequeños gestos, oraciones y detalles con la Virgen y el Niño Jesús.
Los padres podemos:
Rezar con los niños por la noche oraciones sencillas: Jesusito de mi vida, Ángel de la guarda.
Bendecir la mesa y rezar en el coche al comenzar un viaje.
Enseñarle a hablar con Jesús dirigiéndonos a Él con naturalidad: “Gracias Jesús por el día tan bueno que hemos pasado hoy”, “quiero pedirte por el abuelo que está enfermo”, “ayúdame a portarme un poquito mejor”…
Tener presente a la Virgen, poner un cuadro en su habitación, un Rosario, una estampa…
Llevarle a Misa y animarle a participar en los cantos, en la oración del Padre Nuestro, a dar la paz …
Vivir las fiestas desde el punto de vista cristiano:
En Navidad poner el Nacimiento, cantar villancicos, leer la Biblia en familia.
En Semana Santa llevarle a las procesiones.
Explicarles porqué celebramos la festividad de Todos los Santos, el día de la Inmaculada…
Transmitirles el cariño hacia objetos religiosos presentes en nuestra casa: Una medalla con la Virgen, la Biblia familiar, el Rosario…
De este modo los niños crecerán viviendo la presencia de Jesús con naturalidad.
Como padres debemos ser coherentes, rezar con ellos todos los días y siempre dar ejemplo.
Ánimo, somos sembradores de fe, todo lo que sembremos de pequeños SIEMPRE dará su fruto!!! Por: Saioa Orueta y Ana Asteinza | Fuente: Catholic.net