Reflexión; "La muerte no tiene la última palabra, sino el amor". Conmemoración de todos los Fieles Difuntos. Carmelo Guerra Sánchez.
El Evangelio de hoy nos lleva a Betania, donde Jesús llega después de la muerte de su amigo Lázaro. Marta, con el corazón desgarrado, sale a su encuentro y le dice: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. En esas palabras resuena el dolor humano que todos conocemos: la tristeza, la impotencia, el vacío que deja la muerte.
Sin embargo, Jesús no se queda en la tristeza, sino que abre una puerta a la esperanza: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá.”
Hoy, en el Día de los Difuntos, recordamos a quienes amamos y ya no están físicamente con nosotros. Pero este Evangelio nos invita a mirar más allá del cementerio y las flores. Jesús nos enseña que la vida no se acaba en la tumba. La muerte no tiene la última palabra: la última palabra la tiene Dios, y esa palabra es “vida”.
En nuestro mundo actual, tan lleno de prisas, tecnología y distracciones, a veces nos cuesta detenernos y pensar en la muerte. Pero este día es una oportunidad para hacerlo desde la fe. No se trata de miedo, sino de confianza: saber que nuestros seres queridos están en manos de un Dios que no olvida, un Dios que transforma la muerte en encuentro y el dolor en esperanza.
También Jesús nos pregunta hoy lo mismo que le dijo a Marta: “¿Crees esto?”
No nos lo pregunta solo para hablar del más allá, sino también del presente. Creer en Jesús como resurrección y vida significa confiar en Él cuando algo muere en nosotros: cuando perdemos la ilusión, cuando una relación se rompe, cuando la vida se hace cuesta arriba. En cada pequeña muerte de nuestra historia, Jesús quiere resucitarnos, devolvernos la fe, la esperanza y la capacidad de amar.
Por eso, este día de los Difuntos no es solo un recuerdo triste. Es una jornada de fe viva, de agradecimiento por quienes nos precedieron, y de confianza en que el amor de Dios une lo que la muerte separa.
Visitar el cementerio, encender una vela o hacer una oración puede convertirse en un gesto de amor y de esperanza: una forma de decirle a Dios “creo en Ti, creo en la vida, creo en la resurrección”.
Feliz Día de todos los difuntos. Hasta pronto.
Carmelo Guerra Sánchez
2/11/2025
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