HOY DÍA DE SAN JUAN BOSCO,



PADRE,MAESTRO Y AMIGO....DON BOSCO.
Que sepamos seguir el ejemplo de entrega a los
demás y a los jóvenes como San Juan Bosco.
(1815-1888)


NOS VISITA RADIO TAMARACEITE.


EL PASADO MARTES 27 DE ENERO,RADIO
TAMARACEITE EMITIÓ EN DIRECTO DESDE NUESTRA IGLESIA DE AGÜIMES. CONOCIENDO LA REALIDAD RELIGIOSA, CULTURAL E HISTÓRICA DE NUESTRA VILLA.








GRACIAS POR LA VISITA...
Fuente imágenes: Facebook Radio Tamaraceite.
CAMPAÑA DE MANOS UNIDAS, DOMINGO 8 DE FEBRERO DE 2015.
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"Luchamos contra la pobreza, ¿ te apuntas ? "


TESTIMONIO JOSÉ MARÍA ZAVALA...

«Lo tenía todo, pero era un profundo desgraciado porque me faltaba lo más importante, que es Dios»

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El programa Cambio de agujas, que presenta Cristina Casado en H.M. Televisión, entrevistó recientemente al periodista y escritor José María Zavala, quien a finales de 2014 publicó, en compañía de su esposa, Paloma Fernández, Un juego de amor. El Padre Pío en nuestro camino al matrimonio (LibrosLibres), obra que recoge, entre otros aspectos de su vida, su conversión, en la cual jugó un papel decisivo San Pío de Pietrelcina, a quien Zavala consagró uno de sus mayores éxitos editoriales: Padre Pío, de la que acaba de salir la décima edición en español (más de 30.000 ejemplares vendidos) al mismo tiempo que la segunda edición brasileña y la primera en Eslovaquia (la obra había sido traducida ya al italiano, al portugués y al croata).
destacamos algunas frases de la entrevista:
-“Yo, que no soy una persona de lágrima fácil, empecé a llorar. Rompí a llorar, mejor dicho. Durante horas enteras estuve llorando, hasta el punto de que llegó a formarse un pocito con mis lágrimas en el suelo”.
-“Estuve 15 años sin pisar un confesonario. Lo tenía todo materialmente: un buen puesto de trabajo, un buen coche, un buen sueldo, una buena casa. Pero aquel día me di cuenta de que era un profundo desgraciado porque me faltaba lo más importante, que es Dios”.
-“Mi padre ofreció su vida por Juan Pablo II en año 81, cuando fue el atentado. Nosotros nos enteramos por su director espiritual, que era un sacerdote del Opus Dei y nos lo dijo”.
-“Mi madre esa última noche que yo pasé con ella, me dijo: ´Hijo mío, vete a tu casa, que estás agotado´. Y entonces, yo me arrojé en brazos de mi madre llorando como un niño y le dije: ´Mamá, lo único que te pido es que cuando estés allá arriba te acuerdes de mí´. Y mi madre me dijo, muy serenamente –ella era una persona muy fuerte-: ´Sí, me acordaré de ti, pero tienes que intentarlo´. Se refería a que tenía que poner en marcha mi proceso de nulidad, como así hice”.
-“Cuando murió mi madre, como decía, estuve unos meses sumido en la desesperanza, unos meses en los que estuve, no en el abismo, pero sí al borde del abismo. Entonces iba al Retiro a que me echaran las cartas del tarot. Estuve merodeando por el Retiro y ahora sé que, gracias a que el Señor me preservó, no logré localizar el monumento al ángel caído del Retiro. Sentía la necesidad de hacer un pacto con el diablo porque consideraba que estaba solo en la vida, sin ningún asidero, pese a que tenía todo, es decir, no me faltaba materialmente de nada. Pero me faltaba Dios, por supuesto, que es el Amor con mayúscula. Y bueno, fue todo providencial, porque después de tres meses en los que podía haber acabado quitándome la vida, irrumpió Paloma en mi vida”.
-“Cuando menos te lo esperas, de la forma que menos te lo esperas, el Señor irrumpe en tu vida a través del Padre Pío… Como decía Vittorio Messori, el periodista italiano: ´El Padre Pío es un meteorito del Medievo en pleno siglo XX´. Bueno, yo ahora añado que en pleno siglo XXI porque sigue trabajando, y cómo trabaja. Centenares de conversiones a través del libro Padre Pío. Es un instrumento suyo. Yo he escrito más de 30 libros, pero para mí, los libros que cuentan de verdad son los libros que yo no considero míos. Son el libro del Padre Pío, el de Así se vence al demonio y este libro que ahora hemos escrito Paloma y yo, Un juego de amor. No hay nada más grande que sentirte instrumento -aunque miserable- del Señor para hacer bien a mucha gente… Pero estamos viendo, estamos recibiendo correos, infinidad de correos, en esa dirección que damos al final del libro (unjuegodeamor@gmail.com), de matrimonios que están felizmente casados pero no valoran lo suficiente el tesoro de su matrimonio sacramental, de su matrimonio. De separados, de divorciados, de personas y matrimonios jóvenes con hijos, que estaban en trámites de separación y que, tras leer el libro, han decidido darse otra oportunidad
Ahora es cuando realmente entiendo todo el sufrimiento que Paloma y yo hemos pasado -este verano ha sido tremendo- para que esto diera fruto".
Fuente: Religion en Libertad

Cristianismo y ciencia


La Revolución Científica
Recientes investigaciones están poniendo de relieve hasta qué punto el cristianismo influyó en el nacimiento de la ciencia



Los mitos heredados nunca mueren, como los viejos “cowboys” del oeste. Uno de ellos, heredado por los filósofos de la Ilustración, es la idea según la cual la ciencia moderna surge en el siglo XVII contrapuesta a la “ignorancia científica y el oscurantismo medieval”. Sin embargo, las recientes investigaciones sobre la historia de las ciencias están poniendo de relieve hasta qué punto el cristianismo influyó en el nacimiento de la ciencia. Los comienzos de la revolución científica suelen situarse con la fundación de la “Royal Society” (1600), primera institución científica moderna, y la primera edición de los “Principia” de Isaac Newton (1687), como modelo de la nueva mecánica y la astronomía y de las demás ciencias experimentales. Los historiadores se han preguntado: ¿qué hizo posible que la “revolución científica” naciera en este lugar y en este momento?
Hoy día es innegable la conexión entre la ciencia moderna y la idea judeo-cristiana de “creación”. En las épocas anteriores al judaísmo y al cristianismo, los pensadores creían que el mundo era una prolongación de Dios, que había surgido como una “degradación” de la esencia divina. Es el “emanatismo”. Por el contrario, la idea de creación proclama que el mundo no es “divino”. No está gobernado por seres caprichosos, por monstruos y geniecillos. En él se trasluce la sabiduría y el poder de Dios, pero el mundo goza de autonomía y de sus leyes propias. El ser humano tiene capacidad para conocer el mundo y sus leyes, y encuadrarlo dentro de sus limitados conceptos mentales.

En este sentido, la creación es como un segundo libro donde Dios nos habla, después de la Biblia, y la actividad científica era el arte de descifrar ese lenguaje de Dios. Galileo Galilei, en su obra “Il Saggiatore” (1623), exhorta a leer directamente las ciencias “en este libro inmenso que se encuentra continuamente abierto ante nuestros ojos (quiero decir el universo)”; pero previene que ese libro “está escrito en lengua matemática, y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin cuyo medio es humanamente imposible entender una palabra”. El científico y filósofo Robert Boyle, concebirá también la naturaleza como “un romance bien construido” por “la mano omniscente de Dios”.          
Por: www.4buenasnoticias.com | Fuente: www.4buenasnoticias.com

El Señor todo lo recibe: qué es la oración de ofrecimiento



El Señor todo lo recibe, también nuestros más pequeños ofrecimientos de amor que se convierten en una oración.
 
Hay situaciones personales, familiares o comunitarias que uno no puede cambiar porque no dependen de la propia voluntad. A veces estas situaciones nos crean grandes sufrimientos porque nos crean heridas muy íntimas y nos encontramos como impotentes para modificar esa determinada situación. Podemos pedir al Señor que la cambie, podemos pedir fuerza para llevarla con paciencia pero también podemos ofrecerla al Señor. Esta oración de ofrecimiento es de gran valor y libera el alma de muchas inquietudes. No es simplemente una oración de resignación, porque creemos siempre que la omnipotencia divina puede cambiar lo que quiera según su voluntad. Es más bien un acto de aceptación del querer de Dios que se manifiesta en algunas circunstancias y en modos muy misteriosos para nuestra inteligencia limitada.
El ofrecer lo que nos crea sufrimiento, dolor, abnegación, lo que nos molesta, sea de los demás que de nosotros mismos, puede ser muy meritorio porque recocemos delante del Señor nuestra pequeñez y confiamos que Él tendrá una solución en aquello que nosotros no podemos alcanzar por nosotros mismos. Así vemos que muchas personas ofrecen sus dolores, las penas de su familia y las problemas del mundo con gran fe y confianza a Dios. Y vemos que son personas santas y humildes a las que el Señor escuchasus plegarias y las llena de dones espirituales.
Claro está que si podemos hacer algo práctico por desenlazar los nudos de estas situaciones, lo debemos hacer con prudencia y con valor, si fuera necesario. Pero a veces los nudos son demasiado complicados para poderlo desatar nosotros. Y ofrecer al Señor con humildad las molestias que nos causa tales situaciones y al mismo tiempo con confianza pedirle que, si es su voluntad, sea Él quien con su poder desate los nudos que el pecado o egoísmo humanos han realizado, es un acto de santificación que nos llena de una gran paz en medio del dolor.
Una tal actitud y oración de ofrecimiento la vemos en María sobre todo cuando Ella, al pie de la cruz, ofrece su Corazón Inmaculado al Padre, uniéndolo al de Su Hijo. Nosotros podemos ofrecer también los pequeños sufrimientos de cada día como oración al Padre, unidos a Jesús y a María. No temamos en ofrecer incluso "pajitas" como decía Santa Teresa, que hablaba del ofrecimiento de pequeñas cosas al Señor, porque, decía ella: "yo no soy para más" y el Señor "todo lo recibe" (Libro de la Vida, 31, 23). Sí, el Señor todo lo recibe.También las pequeñas pajitas de nuestros sufrimientos, que ponemos en el fuego de su Amor comoofrenda de amor nuestro.
Aprendamos a ofrecer al Señor todo, incluyendo la propia miseria. Ofrezcámosle a Él sobre todo esas situaciones nuestras, de parientes, de amigos, de nuestra comunidad, de nuestra patria que, por lo complejas que son, no pueden ser cambiadas de un momento a otro, pero que siempre están bajo el poder y la providencia divinos. El Señor todo lo recibe, también nuestros más pequeños ofrecimientos de amor que se convierten así en una oración sencilla y sincera .Por: P. Pedro Barrajón, L.C. | Fuente: la-oracion.com

Felicitación.

TODA LA COMUNIDAD PARROQUIAL  SE UNE PARA FELICITAR A LAS HERMANAS
TERESIANAS,PORQUE HOY DÍA 27  DE ENERO ES EL DÍA DE SU FUNDADOR
SAN ENRIQUE DE OSSÓ.

LES DESEAMOS TODO LO MEJOR Y QUE CONTINÚEN CON LA LABOR EDUCATIVA Y DE EVANGELIZACIÓN EN NUESTRA VILLA DE AGÜIMES POR MUCHOS AÑOS.
NOS UNIMOS EN LA ORACIÓN Y AGRADECIMIENTO JUNTO A LA COMUNIDAD TERESIANA A SU PADRE Y FUNDADOR SAN ENRIQUE DE OSSÓ.

          SACERDOTE Y MAESTRO....

El matrimonio,


 en los primeros siglos del cristianismo

En los primeros siglos, como se dice en la Carta a Diogneto (de mediados del s.II), los cristianos "se casan como todos" (V,6), por lo judío, por lo griego, por lo romano. Aceptan las leyes imperiales, mientras no vayan en contra del Evangelio. El matrimonio se celebra "en el Señor" (1Cor 7, 39), dentro de la comunidad, sin una ceremonia especial.

En el mundo judío, la boda se celebra según las costumbres y ritos tradicionales (cf Gén 24 y Tob 7,9,10). Cierto tiempo después de los esponsales, se celebra la boda. En el mundo judío la boda era un asunto familiar y privado. No se celebra en la sinagoga, sino en casa. No obstante, como todo en Israel, tiene una dimensión religiosa. La celebración incluye oración y bendición.

En el mundo romano se dieron, sucesivamente, tres formas de celebrar el matrimonio. La confarreactio (con pastel nupcial), la forma más antigua, incluía ceremonias de carácter jurídico y religioso. En la época imperial apenas se daba este tipo de unión. El modo corriente de contraer matrimonio era la coemptio, rito que simbolizaba la compra de la esposa, y el usus (uso), simple cohabitación tras el mutuo consentimiento matrimonial.

El consensus (consentimiento) vino a constituir en la práctica lo esencial de la unión matrimonial. Dice el Digesta: "No es la unión sexual lo que hace el matrimonio, sino el consentimiento" (35,I,15). Como tal, no se requería ningún rito particular ni la presencia del magistrado. El poder civil no hacía más que reconocer la existencia del matrimonio y, en cierto modo, proteger la unión conyugal poniendo ciertas condiciones.

Los cristianos se casan como todo el mundo, pero "dan muestras de un tenor de peculiar conducta, admirable, y, por confesión de todos, sorprendente" (Carta a Diogneto,V,4). Acogen la vida que nace y respetan el lecho conyugal: "Como todos engendran hijos, pero no exponen los que les nacen. Ponen mesa común, pero no lecho" (V,6 y 7).

Ignacio de Antioquía (hacia el año 107) que invita a los cristianos a casarse "con conocimiento del obispo, a fin de que el casamiento sea conforme al Señor y no por solo deseo" (A Policarpo,5,2).

Tertuliano (hacia 160-220) comenta la ventaja de casarse en el Señor: "¿Cómo podemos ser capaces de ensalzar la felicidad tan grande que tiene un matrimonio así; un matrimonio que une la Iglesia, que la oblación confirma, que la bendición marca, que los ángeles anuncian, que el Padre ratifica?" (Ad uxorem II 8,6.7.9).
El consentimiento matrimonial 

Desde los siglos IV al IX se subraya el carácter eclesial de la celebración del matrimonio entre cristianos y se establece bien claro que las ceremonias (oración y bendición) no son obligatorias para la validez de la unión.

El primer testimonio que habla de una bendición nupcial verdaderamente litúrgica data de la época del papa Dámaso (366-384) y se encuentra en las obras del Pseudo-Ambrosio (Ambrosiaster). La bendición sólo se confiere en el primer matrimonio.

Se constata el profundo influjo del derecho romano, según el cual sólo el consentimiento es estrictamente necesario para el matrimonio, cualquiera que fuese su forma.

Dice el papa Nicolás I el año 866, en su respuesta a los búlgaros, que le consultaron acerca de la importancia de las ceremonias eclesiásticas (oración y bendición) que algunos habían declarado ser los elementos constitutivos del matrimonio: "Baste según las leyes el solo consentimiento de aquellos de cuya unión se tratare. Fuente:Aletia.

Papa Francisco:

La timidez y la vergüenza van contra la fe.

Son principalmente las mujeres las que transmiten la fe: lo afirmó el Papa en la Misa presidida en Santa Marta en el día en que la Iglesia celebra la memoria de los Santos Timoteo y Tito, comentando en particular la segunda carta de san Pablo al discípulo Timoteo. 
Pablo recuerda a Timoteo de dónde viene su “fe sincera”: la recibió del Espíritu Santo “a través de la mamá y la abuela”. “Son las mamás, las abuelas” – afirma el Papa – las que transmiten la fe. Y añade: “Una cosa es transmitir la fe y otra cosa es enseñar las cosas de la fe. La fe es un don. La fe no se puede estudiar. Se estudian las cosas de la fe, sí, para entenderla mejor, pero con el estudio nunca llegarás a la fe. La fe es un don del Espíritu Santo, es un regalo, que va más allá de toda preparación”.
Y es un regalo que pasa a través del “buen trabajo de las mamás y de las abuelas, el buen trabajo de esas mujeres” en una familia, “puede ser también una criada, puede ser una tía”, las que transmiten la fe.
“Me viene a la mente: ¿por qué son principalmente las mujeres las que transmiten la fe? Simplemente porque la que llevó a Jesús es una mujer. Es el camino elegido por Jesús. Él quiso tener una madre: también el don de la fe pasa por las mujeres, como Jesús por María”.
“Y debemos pensar hoy – subraya el Papa – si las mujeres … tienen esta conciencia del deber de transmitir la fe”. Pablo invita después a Timoteo a custodiar la fe, el depósito, evitando “la vacía charlatanería pagana, la vacía charlatanería mundana”.
“Todos nosotros – afirma – hemos recibido el don de la fe. Debemos custodiarlo, para que por lo menos no se diluya, para que siga siendo fuerte con el poder del Espíritu Santo que nos lo ha regalado”. Y la fe se custodia reavivando este don de Dios. 
“Si nosotros no tenemos este cuidado, cada día, de reavivar este regalo de Dios que es la fe, la fe se debilita, se diluye, acaba por ser una cultura: ‘Sí, pero, sí, sí, soy cristiano, sí, sí…’, una cultura, solo. O una gnosis, un conocimiento: ‘Sí, yo conozco bien todas las cosas de la fe, conozco bien el catecismo’. Pero ¿cómo vives tu fe? Y esta es la importancia de reavivar cada día este don, este regalo: hacerlo vivo”.
Contrastan con esta “fe viva” – dice San Pablo - dos cosas: “el espíritu de timidez y la vergüenza”.
“Dios no nos ha dado un espíritu de timidez. El espíritu de timidez va contra el don de la fe, no deja que crezca, que siga adelante, que sea grande. Y la vergüenza es ese pecado: ‘Sí, tengo fe, pero la cubro, que no se vea tanto…’. Es un poco de aquí, un poco de allí: esa fe, como dicen nuestros antepasados, al agua de rosas, así. Porque me avergüenzo de vivirla fuertemente. No. Esta no es la fe: ni timidez. Ni vergüenza. ¿Qué es? Es un espíritu de fuerza, de caridad y de prudencia. Esta es la fe”.
El espíritu de prudencia – explica el Papa Francisco - es “saber que nosotros no podemos hacer todo lo que queremos”, significa buscar “los caminos, las formas” para llevar adelante la fe, pero con prudencia.
“Pidamos al Señor la gracia – concluye el Papa – de tener una fe sincera, una fe que no se negocia según las oportunidades que vienen. Una fe que cada día intento reavivar o al menos pido al Espíritu Santo que la reavive y así de un fruto grande”
Artículo publicado por la edición italiana de Radio Vaticano y traducido por Aleteia

Gracias.


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"LA LUZ DE FRANCISCO"..

UNA CANCIÓN DEDICADA AL SANTO PADRE,COMPUESTA POR PALITO ORTEGA.

25 DE ENERO DÍA DE LA INFANCIA MISIONERA.

HIMNO DE LA INFANCIA MISIONERA.
ESTE AÑO BAJO EL LEMA "YO SOY UNO DE ELLOS"

¡¡¡COLABORA SOMOS UNO DE ELLOS...!!!


¿Qué hace Dios cuando calla?


Nos hace falta un espacio interior de soledad y silencio para escuchar a Dios.


Sabemos que para rezar nos hace falta un espacio interior de soledad y silencio para escuchar a Dios. Un vacío de ruidos, de distracciones, de inquietudes, una atmósfera de paz interior donde Dios pueda hablar. Nos esforzamos por buscar un buen momento, un lugar tranquilo, la ocasión serena para el encuentro. Cuando por fin lo logramos, le abrimos el corazón a nuestro Señor esperando que Dios responda, que nos hable. Y su frecuente silencio nos sorprende, nos desilusiona, nos preocupa, nos hace sufrir. Nos da la impresión de que allí "no pasa nada".
¿Seguro?
Del amanecer y del atardecer, encendidos de fuego, del esplendor del sol al mediodía, no se escucha siquiera un crepitar;
de noche, las estrellas, el manto azulado de la luna, nos envuelven en silencio.
Te adentras en el desierto y todo es silencio.
Escalas las alturas, y hallas silencio.
Buceas en las profundidades del océano, y la vida bulle en sus entrañas en completo silencio.
La brisa sopla en silencio.
Todo lo manso, lo sereno, lo más bello de la creación, resplandece en silencio.
Las grandes obras de la vida y de la naturaleza, nacen y se desarrollan en silencio.
Un bebé se gesta en silencio.
Los árboles crecen en silencio.
Las madres amamantan en silencio.
Los capullos revientan y las corolas se abren en silencio.
Nuestro cerebro funciona en el más perfecto silencio, como ningún ordenador ha logrado igualarlo.
Lo más humano. Los más bellos encuentros, los gestos más significativos, suelen darse en silencio.
Las miradas más expresivas se cruzan en silencio.
La sonrisa siempre es silenciosa.
Las caricias se deslizan sin ruido.
La presencia, la compañía, son realidades, por sí mismas, que se bastan calladas.
El amor se alimenta y se expresa sin necesidad de palabras.
El bien no hace noticia. Se difunde, penetra y cala inadvertido como el rocío, al que nadie ha visto ni oído llegar.
Nos gusta contemplar en silencio, espontáneamente, los eventos de calidad: el público calla para escuchar una sinfonía, para asistir a un partido de tenis en un "gran slam", para admirar una obra de arte en un museo.
El estupor contiene la respiración. El asombro ante lo bello, lo verdadero, lo bueno, lo que supera en grandeza cuanto habíamos conocido, "nos deja mudos".
También el artista calla mientras interpreta, mientras pinta, mientras crea.
Así como el científico, el investigador, el escritor, el filósofo, el matemático, mientras escudriñan los misterios de la ciencia, del cosmos, de la verdad.
Y sin embargo cuando oramos, nos inquieta que Dios calle. ¿Por qué? ¿por qué nos duele su silencio?
A lo mejor nos vendría bien preguntarnos ¿qué hace Dios cuando calla?                                Por: Angeles Conde | Fuente: la-oracion.com



LA SOLEDAD COMPAÑERA DE LA VIDA.


La soledad está en nuestras vidas, pero hay que saber amarla. Nos llevará al encuentro con Dios que llenará nuestras vidas porque El es todo amor.


La soledad es un sentimiento que nos llena el alma de un silencio frío y oscuro si no la sabemos encauzar. Hay rostros surcados de arrugas, de piel marchita, de labios sin frescura, de ojos empequeñecidos, turbios y apagados que nos hablan por si solos de la soledad. Si sus voces nos llegaran nos dirían de su cansancio, de su miedo, pero sobre todo de su soledad....
Pero no hace falta que seamos ancianos para que en la vida nos acompañe la soledad.
La soledad del sacerdote, aún los más jóvenes, con sus votos de obediencia, pobreza y castidad, pero a veces es más dura la soledad de su propio corazón, que aunque ayudado por la Gracia de Dios no deja de ser humano. Tienen que consolar a los seres que llegan hasta ellos con sus penas, con sus problemas pero su corazón no puede aferrarse a ninguna criatura de la tierra y a veces se sienten solos, muy solos, tan solo acompañados de una gran soledad.
La soledad en la adolescencia, duele profundamente por nueva, por incomprensible...Los padres se están divorciando, se quiere a los dos, se necesita a los dos, pero para ellos parece que no existe ese ser que no acaba de comprender y que está muy solo. Ellos tienen sus pleitos, su mal humor. La mamá siempre llorando, el papá alzando la voz... para él nada... tal vez sientan hasta que haya nacido. Si se divorcian será un problema ¿Qué será de él?¡Qué gran soledad, qué amarga soledad!
Las monjas misioneras, los misioneros, lejos de sus seres queridos y en tierras extrañas.
Y la soledad en algunos matrimonios, esa soledad que ahoga, que asfixia...que como dice el poeta: "es más grande la soledad de dos en compañía". El hombre de grandes negocios, empresario importante, magnate en la sociedad que parece que lo tiene todo pero que en el fondo vive una gran soledad.
La soledad de las grandes luminarias siempre rodeadas de personas y siempre solas... Las esposas de los pilotos, de los marinos, de los médicos, saben de una gran soledad y ellos a su vez, en medio del cumplimiento del deber, también están solos. La soledad de las personas que han perdido al compañero o compañera de su vida, ese quedarse como partido en dos porque falta la otra mitad, ese no saber cómo vivir esas horas, ahora tan vacías, tan tristes, tan solas...
Si no convertimos esa soledad en compañía para otros seres quizá, más solos aún que nosotros mismos, si no llenamos ese vacío y esas horas con el fuego de nuestro amor para los que nos rodean y nos necesitan, esa soledad acabará por aniquilarnos, ahogándonos en el pozo de las más profunda depresión.
En realidad todos los seres humanos estamos solos. La soledad está en nuestras vidas pero hay que saber amarla. Si le tenemos miedo, si no la amamos y no aprendemos a vivir con ella, ella nos destruirá. Si le sabemos dar su verdadero sentido, ella nos enriquecerá y será la compañera perfecta para nuestro espíritu. Con ella podremos entrar en nuestra alma, con ella podremos hablar con nuestros más íntimos sentimientos.Ella nos ayudará, ella, la soledad bien amada y deseada a veces, nos llevará al encuentro de nuestra propia identidad y luego al mejor conocimiento de Dios, que llenará nuestras vidas porque El es todo amor.
 Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net

Una vida hacia Dios


Reflexiones para el cristiano de hoy
¿No podríamos avanzar con menos dificultades? ¿No habría un modo de hacer más fácil el esfuerzo de cada día?


Nacemos porque Dios nos ama. Vivimos porque nos acompaña y alienta. Avanzamos cada día hacia un encuentro magnífico, para siempre, con Él en el cielo.
El camino no resulta fácil. Hay momentos de cansancio y de oscuridad. Hay tentaciones y caídas. Hay rebeldías y deseos de placer malsano.
¿No podríamos avanzar con menos dificultades? ¿No habría un modo de hacer más fácil el esfuerzo de cada día?
Muchas dificultades vienen de fuera. Una crisis económica, un problema en familia, un accidente imprevisto, un conflicto en el trabajo. Otras, de uno mismo: esa pereza que retrasa mis decisiones, ese egoísmo que busca continuamente mi propio bienestar, esa avaricia que me lleva a gastar injustamente mi dinero.
Los momentos peores de la propia vida son aquellos en los que pequé. Son momentos en los que me olvidé de la meta, dejé a un lado el amor maravilloso de Dios, y preferí una cisterna vacía, agujereada, reseca (cf. Jer 2,13).
Tu Amor, sin embargo, se mantuvo encendido. Tu hijo sigue siendo hijo también cuando ha pecado. Por eso deseas cuanto antes volver a abrazarlo, celebrar una fiesta grande en los cielos porque se ha producido el regreso de quien antes se había alejado de tus manos.
La misericordia, lo sé, es la palabra clave para cualquier vida humana. Una misericordia respetuosa: no obligas a nadie a volver a casa. Una misericordia insistente: no descansarás mientras la oveja esté perdida. Una misericordia llena de ternura: como Padre deseas, cuanto antes, tenerme nuevamente contigo.
La vida es un camino hacia Ti. Más allá de las caídas y las lágrimas, tu mirada me acompaña. Desde la certeza de tu Amor, sigo adelante. Un día, así lo espero, y sé que Tú lo deseas ardientemente, llegaremos a encontrarnos, para siempre, en tu cielo...Por: P. Fernando Pascual LC | Catholic.net


20 DE ENERO SAN SEBASTIÁN MARTIR Y PATRÓN DE AGÜIMES.

La Iglesia que Dios fundó conmemora a San Sebastián, Mártir, quien prefirió ser soldado de Cristo a ser capitán de la guardia imperial, aunque le costara la vida. 

El nombre "Sebastián" significa: "Digno de respeto. Venerable". Sebastián nació en Narbona (Francia), el año 256, en el seno de una familia militar, noble y cristiana, y se educó en Milán, Italia, para seguir la carrera militar de su padre.

Marchó a Roma, donde ya se hacía insoportable la persecución contra los cristianos por causa de la fe, para confortar y ayudar a los seguidores de Jesús de Nazaret. Una vez, un mártir estaba para desanimarse a causa de las lágrimas de sus familiares, pero el militar Sebastián lo animó a ofrecer su vida por Jesucristo, y así aquel creyente obtuvo el glorioso martirio.

El emperador Diocleciano nombró a Sebastián capitán de la primera unidad o cohorte de la guardia pretoriana que tenía como misión escoltar y proteger a los emperadores romanos. Era muy respetado por todos y apreciado por los emperadores Maximiano y Diocleciano, que no estaban enterados aún de que Sebastián era cristiano.

Cumplía con sus deberes y la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios a los ídolos. Aprovechaba su cargo para visitar, auxiliar y animar a los cristianos encarcelados por causa de Cristo. Sin embargo, esta situación no podía durar mucho, y finalmente fue denunciado al emperador Maximiano.

Maximiano lo llamó y le dio a escoger: dejar de ser cristiano y ser ascendido en el ejército, o ser degradado de sus cargos. Lo obligó a escoger entre ser su soldado de confianza o seguir a Jesucristo. El santo, que había hecho su confirmación sacramental, escogió permanecer fiel a Cristo.

Contrariado, el emperador lo amenazó de muerte, pero San Sebastián se mantuvo firme en su fe. Enfurecido, Maximiano lo condenó a morir a flechazos: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, retirándose después al darlo por muerto.

Sin embargo, sus amigos que fueron testigos a distancia, se acercaron, y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.

Sus compañeros le aconsejaron que huyera de Roma, pero el santo se negó pues su corazón se sintió impulsado a proclamar abiertamente y más fuerza al Rey de reyes y Señor de señores. Se presentó con valentía ante el mismo emperador que lo miró desconcertado, porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos.

Murió en el año 288, en Roma. Maximiano, en su dureza de corazón, mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián, en el lugar donde hoy se levanta la basílica que también lleva su nombre.

El culto a San Sebastián es muy antiguo; es invocado contra flechas envenenadas, peste, enfermedades y por la conversión de los enemigos de la religión. San Ambrosio pronunció hermosos sermones acerca de San Sabastián. Es patrono de los arqueros, los soldados y los atletas y además es llamado el "Apolo cristiano", ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general. Fuente:Vidas cristianas.

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS.


«Jesús le dice: “Dame de beber”»
(Jn 4, 7)
La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es una iniciativa a la
que se adhieren la mayoría de las Iglesias y confesiones cristianas y que se viene
celebrando desde 1908. A través de estos años ha venido configurándose como
una cita anual que nos damos los cristianos de todo el mundo para rezar por
nuestra plena unidad visible según el deseo de Jesús, expresado en su oración a
Dios Padre en la sobremesa de la última Cena: «Que ellos también sean uno en
nosotros para que el mundo crea» (Jn 17, 21).               La Iglesia católica participa en la
preparación y la promoción de la Semana de la Unidad a través del Pontificio
Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que edita cada año
los materiales conjuntamente con la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo
Mundial de Iglesias, órgano este último que es una de las expresiones más importantes
del movimiento ecuménico, englobando actualmente a más de 300 Iglesias
y comunidades cristianas, incluidas la mayoría de las ortodoxas y gran número de
anglicanas, bautistas, luteranas, reformadas, unidas e independientes. Complace
mucho a esta Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia
Episcopal Española que estas dos instituciones que representan a la mayoría
de los cristianos le encomienden la versión oficial española de los materiales
de la Semana de Oración por la Unidad que utilizan los hispanohablantes de las
distintas denominaciones.
Los obispos de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales deseamos
exhortar a todas las diócesis españolas a través de las delegaciones de ecumenismo
y diálogo interreligioso a utilizar estos materiales y a organizar, junto con las demás
Iglesias y comunidades cristianas presentes en su territorio y de acuerdo con las circunstancias
locales, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos como una
cita anual importante que expresa nuestra confianza en el poder de la oración y nuestro
deseo de acoger, cuando el Señor quiera, por los medios que él quiera y como él quiera,
el don de la plena unidad visible de todos los cristianos.
Un acontecimiento de mucha trascendencia ecuménica e interreligiosa que ha tenido
lugar el año pasado y que no podemos dejar de mencionar en este mensaje ha sido la
peregrinación del papa Francisco a Tierra Santa con ocasión del 50 aniversario del encuentro
en Jerusalén entre el papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras. Ha sido un viaje
lleno de gestos y palabras que tuvo un epílogo en su encuentro en los jardines vaticanos
con los presidentes de Israel y de la Autoridad Nacional Palestina el domingo 9 de junio
para rezar por la paz. En la Declaración Conjunta, firmada en Jerusalén por el papa 
Francisco y el patriarca ecuménico Bartolomé I el 25 de mayo 2014, después de
constatar la importancia del abrazo que se dieron el papa Pablo VI y el patriarca
Atenágoras hace 50 años que preparó el camino para «remover de la memoria y
de la mente de las Iglesias las sentencias de mutua excomunión de 1054», se afirma
lo siguiente:
«Aun siendo plenamente conscientes de no haber alcanzado la meta de la plena
comunión, confirmamos hoy nuestro compromiso de avanzar juntos hacia aquella
unidad por la que Cristo nuestro Señor oró al Padre para que “todos sean uno”
(Jn 17, 21). Con el convencimiento de que dicha unidad se pone de manifiesto en
el amor de Dios y en el amor al prójimo, esperamos con impaciencia que llegue el
día en el que finalmente participemos juntos en el banquete eucarístico. En cuanto
cristianos, estamos llamados a prepararnos para recibir este don de la comunión
eucarística, como nos enseña san Ireneo de Lyon (Adv. haer., IV, 18, 5: PG 7, 1028),
mediante la confesión de la única fe, la oración constante, la conversión interior, la
vida nueva y el diálogo fraterno. Hasta llegar a esta esperada meta, manifestaremos
al mundo el amor de Dios, que nos identifica como verdaderos discípulos de Jesucristo
(cf. Jn 13, 35)».(Extracto del mensaje de los obispos españoles conmotivo de la semana de oración
por la unidad de los cristianos)

FELICITACIÓN Y AGRADECIMIENTO.


  


Desde la página de la parroquia felicitamos a la PARRANDA DEL LEJÍO por la presentación de su 5 CD.

   

 También  valoramos y agradecemos a los Componentes de esta Parranda y a todos los participantes en el acto  la aportación de alimentos para Cáritas Parroquial. Estos alimentos serán distribuidos a las familias necesitadas de nuestra Villa de Agüimes. GRACIAS.

HIMNO AL PATRÓN SAN SEBASTIÁN VILLA DE AGÜIMES.



         DE NUESTRA VILLA PATRÓN
         TE VENIMOS A IMPLORAR:
         SEAS NUESTRO INTERCESOR
         GLORIOSO, SAN SEBASTIÁN.

           -Diste la vida por Cristo
             sin miedo al emperador.
             Que nosotros te imitemos
             siendo fieles al Señor.

           -San Sebastián bendito,
            danos siempre tu gran valor
            para defender a Cristo
            con firmeza y con tesón.
  
           -Hoy tu fiesta celebramos
            alegres y con fervor
            y que todos los de Agüimes

            te entreguemos el corazón.


                    Letra: Dña. María Santana Castro
               Música: Rdvo. D. Pedro Perdomo Navarro

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A LA LÚZ DEL EVANGELIO DEL DOMINGO 18-01-15 (JUAN 1, 35-42)


Reflexión.


En el evangelio de hoy, se nos presentan dos momentos en la vida de Juan y Andrés, discípulos del Bautista. El primero: su encuentro con Jesús; y el segundo: la respuesta natural que nace de este encuentro.


Juan y Andrés siguen a Jesús, en un momento. Éste se vuelve y les pregunta ¿Qué buscan? Los discípulos después le responden con otra pregunta. Pero la respuesta que Cristo les da parece que no resuelve su interrogante. Sin embargo, la pedagogía de Jesús es diferente a la nuestra. Les invita a que ellos mismos hagan la experiencia de convivir con Él. No los fuerza. Respeta profundamente su libertad. Hasta el punto que ellos mismos vieron dónde vivía y decidieron permanecer con Él. Lo que les atrajo no era tanto el lugar donde vivía el Maestro, eso más bien era un pretexto para acercarse a Él y conocerlo más íntimamente. Su testimonio les impactó tanto que interiormente lo único que deseaban era quedarse a su lado.

Nadie puede hacer una verdadera experiencia de Cristo y no quedar con alguna huella visible. En este evangelio, se nos muestra cómo el conocimiento de Cristo les lleva a tener una necesidad muy grande de trasmitirlo a los demás. El mismo Andrés no duda en llevar la buena noticia de que han encontrado al Mesías a su hermano Simón, para después presentarlo con el Señor y que Cristo lo escoja para seguirlo también. El apostolado brota en todo corazón como una exigencia de quien ha experimentado el amor de Dios en su alma y desea ardientemente que los demás también puedan gozar de este maravilloso encuentro.


Fuente:Papa Emérito Benedicto XVI.